Creemos que es necesario tener una meta, un horizonte que nos marque el rumbo a seguir, de modo de superar la injusticia y la opresión inherentes al capitalismo en que vivimos.
No vemos otra mejor que el socialismo, no como un modelo acabado y finalista, sino como un proyecto de sociedad posible que debe estar sometido a la reflexión y crítica permanentes, construido entre tod@s y para tod@s.
Un socialismo libertario, cuya idea base sea la democratización radical de la sociedad, la economía, la política, educación, etc.
Una democracia participativa, un sistema político en el que la gente tenga una participación fuerte en el desarrollo de las políticas públicas, en el accionar del Estado y de los procesos sociales, creando nuevas relaciones de poder en la sociedad. Donde el papel central lo ocupen los derechos humanos, así como los derechos de la naturaleza y no el mercado.
Un socialismo donde la honestidad, la transparencia, el espíritu de trabajo, la solidaridad, la entrega a las grandes causas colectivas sean los valores que nos impulsen a actuar y no el individualismo o las peores formas de competencia que hoy nos movilizan en mayor o menor medida a tod@s.
Hoy, varios pueblos de nuestra América Latina están comenzando a caminar; mostrándonos que otro mundo es posible. Que se puede. Y que solamente ha perdido aquel que dejó de luchar.
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