
Durante el primer gobierno del Frente Amplio se han promulgando nuevos marcos legislativos que posibilitan el acceso de las personas no-heteroconformes a arreglos concubinales, adopción, ley antidiscriminación, cambio de nombre o sexo registral.
La construcción de una ciudadanía sexual universal no se agota en estos avances políticos sino que aún persisten desafíos a enfrentar. Por un lado, cuestiones vinculadas a reivindicaciones de reconocimiento a nivel social, cultural y político, como ser el matrimonio entre personas del mismo sexo, la promoción de prácticas no discriminatorias y de respeto mutuo de hecho (y no solo de derecho) a partir de políticas educativas inclusivas. Por otro lado, consideramos imprescindible no restringirnos a este tipo de reconocimiento, sino también avanzar en políticas económicas y laborales que permitan una vida digna sin restricciones. Dadas las condiciones de precarización laboral que sufren l@s trabajado@s sexuales trans, quienes no tienen oportunidades laborales dignas, viven una fuerte exclusión social y sanitaria, resulta imprescindible la implementación de políticas sociales específicas.
¡Por todo esto, creemos que la lucha por una ciudadanía sexual inclusiva también es una lucha por los derechos humanos!
*Gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transegénero, queer.
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